LA SENCILLEZ ES SINÓNIMO DE AUTENTICIDAD

Vicente amó esta virtud a tal punto de denominarla: “mi evangelio”. Para él esta virtud consistía en decir la verdad, tal y como es, sin doblez (cfr.IX.p.546).  Tú me preguntarás, ¿por qué hay que ser sencillos? Para Vicente la razón es que Dios se comunica con los sencillos, pues, El es sencillo. Es más, donde habita esta virtud allí reina Dios; desde ella podemos acercarnos a la gente de modo significativo para comunicarles a Dios y para encontrarnos con El. Pero además hay otra razón: Jesús fue sencillo. Para Vicente la sencillez nos ayuda a referir todas las cosas a Dios y tenerlo a él como el único autor. Ella nos encamina a hacer las cosas por ninguna otra razón que no sea el amor.

Ciertamente en un contexto de tantas mentiras y medias verdades decir las cosas tal y como son resulta un poco extraño, pero al mismo tiempo un ejercicio necesario. Según el P. Robert Maloney, hoy podríamos traducir la sencillez como decir la verdad y ser auténticos. Este decir la verdad nos remite inmediatamente al evangelio de Juan para encontrarnos con Jesús que nos dice: “yo soy la verdad” (4,6); “la verdad los hará libres”; “pues el que vive en la verdad escucha  la voz de Dios” (18,37); “que tu sí sea sí y tu no, sea no” (5,37). Este actuar desde la verdad le acarreó a Jesús más de una dificultad. Esto mismo nos va a ocurrir a los que seguimos al Señor. Lamentablemente la experiencia nos dice que es más fácil no hacer la verdad que estar de parte de ella. Pero también la historia nos atestigua a muchos cristianos que han dado su vida por defender la verdad. En este sentido, vivir en la verdad, decir la verdad y hacer la verdad es un arte. Sobre todo, cuando ya desde la casa a veces nos inculcan a mentir. ¿No te ha pasado que cuando vienen a buscar a alguien de casa y si no queremos encontrarnos con esa persona nos dicen que digamos: “dile que nos estoy”?

¿Cómo es tu práctica de la verdad en tu vida: con tus amigos, padres, profesores, contigo mismo, con Dios? La sencillez nos invita a vivir en la verdad y hacer la verdad. Pues hoy con toda razón se dice que se escucha más a los testigos que a los que predican y si se escucha  a los que predican es porque son testigos.

De otro lado, la sencillez tiene que ver también con la autenticidad, la coherencia de vida, la rectitud de intención. Ser sencillo implica ser genuino, natural, integral, transparentes en lo que hacemos, pensamos y decimos. ¿Verdad que necesitamos personas así? Entonces la sencillez sigue siendo válida y necesaria para nuestro seguimiento de Jesús en medio del mundo. ¡Cuánto tenemos que aprender en este aspecto de los pobres! Ellos sí que nos dan muchas lecciones de transparencia y autenticidad. Cuando he tenido la ocasión de visitar las casas de los pobres ellos nos abren su corazón y sus hogares  con una alegría inmensa y con una amabilidad contagiante.

Vivir en sencillez conlleva tener un corazón recto, practicar la caridad, la justicia y la solidaridad. Implica no estar apegados a las cosas, a las personas, a  nuestras ideas. De este modo entendemos que la virtud que San Vicente nos propone efectivamente es un arte que implica ejercicio constante para ser auténticos, transparentes, sinceros y coherentes. Pero ello no es posible sin una práctica de oración. Yesid, que ella sea, también,  “tu evangelio”. (En “Dame de beber de esa agua…”)

P. Ricardo Cruz  CM.